domenica 12 luglio 2015

De Ponferrada a Sarria - Día 2 - 11/07/15

Al levantarme en Ponferrada, después de una noche de mucho calor, me doy cuenta que armar una mochila es un arte y es evidente que yo no la tengo. Todavía no he empezado el camino, pero ya me estoy dando cuenta de que muchas cosas son perfectamente inútiles. Porque le he traído una crema para el cuerpo si nisiquiera en casa la uso? Eran necesarios tres botes de crema solar?
Después de haber luchado durante media hora con la mochila y haber tomado un café (con churro gratis incluido) me marcho para la estación de autobuses de donde sale el primer bus para Lugo. Ahí cambiaré para Sarria. Mientras el autocar se mueve a través de verdes colinas y viñas, agradezco no haber intentado la etapa por O Cebreiro, ni siquiera con el pie en perfectas condiciones me habría parecido fácil.
Al llegar a Sarria, gracias al plano que me ha dejado Roger, encuentro rápidamente mi paraje para la noche y con mucha sorpresa me atiende una señora italiana que me indica donde se encuentra el restaurante del hijo, una pizzería con mucho ambiente, y donde, por supuesto son todos italianos. Me sorprende la cantidad de compatriotas que estoy encontrando. 
La habitación que he reservado es muy bonita y prácticamente hasta la noche tengo un piso para mi sola, todo un lujo por 18 euros al día. 
A medida que pasan las horas, empiezo a pensar sencillamente en "Donde me he metido?" y lucho para que lo que una vez mi psicóloga llamó "ansiedad anticipatoria" no se apodere completamente de mi. Pienso y me repito, una y otra vez, que si estoy aquí es para demostrar a mi misma que lo puedo hacer, que soy capaz de superar mis miedos y que ya no pueden formar parte de mi. Ya lo que me hizo daño es parte del pasado, es hora de soltar la mochila que voy arrastrando desde hace demasiado tiempo. 
Mañana se parte y hay que intentarlo como sea.


sabato 11 luglio 2015

Hacia Santiago - Día 1 - De Barcelona a Ponferrada

Salgo de Barcelona con una resaca importante. Es tiempo de despedidas, de cerrar etapas y brindar al comienzo de algo nuevo. 
Quizás brindamos demasiado, pero no tanto como para renunciar a este viaje que llevo años soñando y planificando. Otro motivo para no ir seria el esguince en el pie que me hice justo unos días antes, pero hay algo que me llama, que constituye para mi un reclamo irrenunciable. 
El tren de Barcelona a Ponferrada parece no llegar nunca, pasamos primero por Zaragoza y puedo observar las cigüeñas que se han adueñado de todas las cimeneas como elegantes guardianas de los tejados. 
Después Pamplona, los campos verdes, los molinos de viento. El tren sigue entre campos de girasoles y me siento agradecida de poder disfrutar de estos paisajes. El tramo entre Burgos y León es una infinita campiña de trigo amarillo. Finalmente llegamos a Ponferrada, rodeada de verdes colinas, pero a pesar del alta hora de la tarde, todavía hace mucho calor. Creo que, a pesar de no tener claro por donde voy a empezar el camino, lo importante es conseguir la credencial. Después de un poco de incertidumbre inicial (es la primera vez que voy de Dora la Exploradora), voy a buscar el Albergue del peregrino. Me dirijo hacia el Castillo de los Templarios y justo después veo una casita que resulta ser la Oficina del Peregrino. 



Adentro, sumergido en una multitud de folletos, con un ventilador que apenas remueve el aire caliente, está Roger empeñado en una conversación telefónica acerca de un problema con el ordenador. Roger como todos los hispano-hablantes piensa que vengo de Rusia o de Slovaquia  y se sorprende cuando saco mi Carta d'Identitá. Le pregunto si, estando como está mi pie, es aconsejable subir a O Cebreiro. Roger, que no para de hablar, me confirma que para dar un día más de descanso a mi píe, no es mala idea salir de Sarria, así que me prepara la credencial y me indica por donde pasa el Camino por si quiero hacer un trozito mientras me acerco a mi hotel. El hotel que he escogido no está en una posición muy conveniente para la estación de autobuses de donde tendré que salir, pero estaba barato y es muy nuevo y tranquilo. Ceno un bocata en el bar de enfrente y me voy a la cama porque todas estas novedades me han dejado agotada.